El heroe. Desempolvando recuerdos (5ª parte)

Nunca he hablado de J, no había hablado de él con nadie hasta hace unos días, cuando le hablé a A de J, como siempre me dijo lo que tenía que escuchar, lo que durante muchos años he intentado negar,  lo que me obligué a olvidar, a no pensar, a no sentir. J para mi fue muchas cosas, pero sobretodo fue DOLOR uno tan intenso que despues de 10 años cuando me permito pensar en él aun sigue doliendo.

Conocí a J por internet, un chico agradable que vivia con su novia, que había montado su propia empresa con un amigo, increiblemente vital, alegre, siempre dispuesto a hacerte sonreir, J era vida encerrada en un hombre, mientras yo estaba rodeada de muerte, mi abuela enferma, la huida de una relación que me ahogaba, el dejar atras un trabajo y una vida en Granada.

Durante un tiempo, no tuvimos contacto, mi abuela finalmente murió, mi ex seguia dependiendo de mi, yo me sentia miserable por querer respirar, un nuevo trabajo que me ocupada de 12 a 16 horas diarias encerrada en una cocina de 2x2, pero que era mi via de escape para no pensar, para no sentir. Durante esos meses la vida de J cambió su novia se quedó embarazada y después le dejó, su empresa iba viento en popa pero el socio y amigo, preferia trabajar para otros y tener un sueldo fijo.

Un dia nos volvimos a encontrar en el chat, y nos contamos como iban nuestras vidas, y nos dimos los telefonos, al tiempo me llamó y me dijo que estaba trabajando cerca de mi pueblo que si me apetecia comer con él, por supuesto le dije que si, sin tener ni idea, de que después de ese día nunca volvería a ser la misma.

Lo primero que pensé cuando vi a J fue que jamas habia visto unos ojos como los suyos, una mezcla perfecta entre verdes y azules, tan claros, tan llenos de vida, sus ojos eran sabios, viejos como el mar. Lo segundo fue, que jamás habia visto una sonrisa más sincera y perfecta en mi vida, lo tercero, fue que J era un hombre que sabia lo que queria y luchaba por conseguirlo, un hombre fuerte.

Pasamos ese dia en Bolonia, comimos, hablamos, nos reimos, y en todo momento sentia su mirada fija en mi, observandome, como si pudiera ver más allá, sin darme cuenta se hizo de noche y en el horizonte de la playa apareció la luna llena más impresionante que jamás he visto, me atravesó con sus ojos y me dijo: tu eres como esa luna, niña, todo el mundo puede verte, pensar que no eres nada más que lo que dejas ver, pero muy pocos por no decir nadie pueden llegar a ti, que ocultas en el otro lado?
Me quedé muda, y seguimos en silencio hasta que decidimos volver.

Dos se manas después me volvió a llamar y me dijo que estaba enmi pueblo que si me apetecía cenar con él, vino a recogerme, y después de la cena me dijo que había estado pensando en mi durante esas dos semanas y que me habia traido un regalo, un libro, MOMO.

Cada día hablabamos horas por telefono, y cada día yo le necesitaba más era mi tabla de salvación, para mi todo era perfecto, siempre sabia lo que necesitaba, hasta que cometí el error de querer salvarle a él.

J tenía demasiados problemas aunque los llevaba lo mejor que podía, intentaba llegar a un acuerdo con su ex, por el bien de su hijo, intentaba solucionar los problemas con su socio, y sobretodo trabajaba como un mulo para sacar todo adelante, crei que para él podría ser su apoyo, que podría ayudarle de alguna forma tal como él me habia ayudado a mi, pero no, descubrí que cuando los hombres duros, se sienten vulnerables... HUYEN.

Y eso fue exactamente lo que hizo huir, de mi de nosotros, lloré hasta que me quedé sin lágrimas hasta que finalmente entendí que no puedes ayudar a alguien que no quiere que le ayuden, que no habia un nosotros, sólo habia un J ansioso por ser un heroe y a mi me destrozó por el camino.

De J aprendí:

No necesito a nadie para que me salve, no si el precio a pagar es mi alma.

Frente a los chicos duros con sindrome de heroes, no está permitido bajar la guardia.

Cuando permites que alguien entre y conozca los secretos y recovecos de tu corazón, acabas jodida para siempre.

Comentarios

  1. Los héroes terminan muriendo irremediablemente en la vida real. Una pena que tu fueses una baja colateral en ese proceso Barbara.

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